domingo, 26 de enero de 2014

Aburrida, reprimida sexual y espiritualmente completamente vacía, la mujer desarrolla dos grandes vacíos: el vacío sexual y el vacío espiritual, razón por la cual se instala enérgicamente en la vida del hombre tratando de dominarlo y de explotarlo con el fin de llenar el vacío. Ese es el mito de la sirena o de la "Femineidad", que provoca tanto sufrimiento. La sirena, cuyo norte es atraer al hombre, desde el ombligo para abajo es un pez: completamente fría. Femenina y frígida. Atrae al hombre pero no lo puede satisfacer, en cambio esta cola de pez hace que ella tenga que vengarse, hundiendo al hombre. Destruyéndolo. Sometiéndolo a su voluntad.
Este mito de la "femineidad" seduce por igual a hombres y mujeres. A la mujer porque la "femineidad" le da poder sobre el hombre, que es el que tiene poder sobre el mundo. El asunto del poder ella lo ha aprendido del patriarcado. Pero el drama es que su "triunfo" sobre el hombre es a costa de su propia persona. De no ser persona. Por su parte el hombre machista o patriarcal no le gusta la mujer persona y por lo mismo lo excita mucho la sirena. Esa que después intentará destruirlo...
LOLA HOFFMANN*

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