domingo, 6 de abril de 2014

Todos arrastramos heridas y dolores provocados por nuestros padres. Por eso es un reto tomarlos en su totalidad, porque eso significa tomar también las heridas y el dolor.
Algunos hijos dicen: «También estas heridas y estos dolores los tomo para mi vida». Y toman a los padres junto con las heridas y los momentos difíciles.
Otros dicen: «Como fui herido, justifico mi sufrimiento y reclamo». Y, sin darse cuenta, reclaman a la persona equivocada: la pareja.
JOAN GARRIGA

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